José Luis

Castillo-Puche y la censura

Douglas Edward LaPrade
 University of Texas-Pan American

(Publicado en: “El poso de la nada: La obra literaria y periodística de José Luis Castillo-Puche”. Belmonte Serrano, José y Castillo Gallego, Rubén (eds.), Murcia: Nausícaa, 2003, pp. 115-129.)

1.     Introducción

          Durante el régimen de Franco las obras de José Luis Castillo-Puche sufrieron la censura oficial de una manera tan fuerte como cualquier otro autor español.  Las dos novelas de Castillo-Puche que provocaron la censura más dura fueron Sin camino y Paralelo 40.  En estas dos novelas Castillo-Puche se atrevió a tratar dos de los temas más delicados desde el punto de vista de los censores: la religión y los asuntos exteriores.  Sin camino trata la formación religiosa de seminaristas, y Paralelo 40 retrata la comunidad norteamericana que llegó a Madrid con el establecimiento de bases militares norteamericanas en España.  

          Los documentos preparados por los censores durante el régimen de Franco están depositados en el Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares. La sección de Cultura de este archivo contiene los documentos del Ministerio de Información y Turismo, el ministerio encargado de la censura de libros y de la prensa durante el régimen de Franco.  En el Archivo General de la Administración hay cuatro expedientes correspondientes a Sin camino y dos expedientes correspondientes a Paralelo 40.  En este ensayo se expondrán los informes escritos por los censores sobre las novelas Sin camino y Paralelo 40.

2.     Sin camino    

          No es sorprendente que los censores se vieran obligados a suprimir una novela como Sin camino en un momento histórico cuando el régimen franquista se caracterizó por su alianza estrecha con la Iglesia. En plena época del nacionalcatolicismo franquista, Castillo Puche escribió esta novela que expresa sus dudas sobre las doctrinas y las prácticas de los Jesuitas y del Opus Dei.  La acción de la novela transcurre en el seminario de Comillas en Cantabria donde el mismo Castillo-Puche había estudiado.   

          En el año 1950 los censores prepararon su primer expediente sobre Sin camino. Este expediente, que lleva el número 4581-50, contiene un manuscrito de la novela.  Destaca de este manuscrito la cantidad de pasajes tachados por los censores.  Este expediente no incluye ningún informe escrito por los censores, pero contiene una tarjeta fechado el 19 de octubre de 1950 que indica que Sin camino ha sido autorizado para su publicación.  Sin embargo, el mismo expediente contiene una instancia con fecha del 21 de noviembre de 1950 según la cual queda revocada la autorización para publicar Sin Camino

          Castillo-Puche intentó publicar Sin camino otra vez en el año 1954.  El expediente número 7163-54 incluye un nuevo manuscrito preparado por Castillo-Puche.  Al igual que el manuscrito anterior, el nuevo tiene muchos pasajes tachados por los censores. El expediente incluye dos informes escritos por los censores, uno con fecha del 2 de noviembre de 1954, y el otro con fecha del 12 de diciembre de 1954. Al final de ambos informes aparecen las palabras “puede publicarse”. A pesar de este visto bueno de parte del censor que preparó los dos informes, la publicación de Sin camino no fue autorizado en España en el año 1954. 

          A continuación proceden los textos de los dos informes de los censores en el expediente 7163-54.

Expediente 7163-54.  Sin camino.  Primer Informe.  2 noviembre 1954:

“La advertencia que ha de precisar el Censor no se refiere al fondo sustancial de la obra Sin Camino de Castillo-Puche. El tema de la novela es perfectamente admisible, pues responde a la cruda y flagrante realidad. ¿Quién puede desconocer y poner en tela de juicio las tremendas crisis del hombre ante el problema de la vocación? No hay novelística que supere a la Vida, y ésta nos brinda casos típicos idénticos y aun superiores al del protagonista de Castillo-Puche. La referencia censoria que podemos consignar alude exclusivamente al tono de ironía y el humor que palpitan en una serie de diálogos entre los seminaristas, y que pueden o pudieran molestar a ciertos ‘círculos', conocidas nuestra intolerancia y ‘sensibilidad ibéricas'.  Por lo cual creemos que el libro debería llevar--para mayor seguridad--al frente de sus páginas ‘las licencias eclesiásticas'.  De no llevarlas, creemos, por las razones aludidas, que deben tenerse en cuenta ciertos extremos”.

Expediente 7163-54. Sin camino. Segundo Informe. 12 diciembre 1954:

“Afirmándose el Lector en la censura dada con fecha dos de noviembre de este año vuelve a repetir que Sin Camino no afecta para nada al dogma cristiano. Ahora bien: ¿el caso y la historia del protagonista puede causar desorientaciones malsanas?  Creemos que no.  El seminarista de Comillas no tiene vocación sacerdotal. Por eso precisamente el novelista le hace abandonar el seminario en los últimos momentos para bien suyo y de su porvenir. Un hombre con vocación sacerdotal no incurre en las desorientaciones de protagonista, ni abdica . . . en tantas cosas humanas y despreciables.  Es indudable que las circunstancias tan desagradables que en alguna ocasión acompañan al seminarista pueden darse en la vida. No hay novela más rica en contrastes y aberraciones que la misma Vida, y se ha dicho así que si los confesores tuviesen dotes de novelista serían los novelistas más egregios en todas las literaturas.  Insistimos en la conveniencia por interés al autor de las ‘licencias eclesiásticas' al frente de su libro”.

          Habiéndose denegado la publicación de Sin camino en España en 1950 y en 1954, Castillo-Puche se sintió obligado a publicar la novela en Buenos Aires en el año 1956 con Emecé Editores.

          El tercer expediente correspondiente a Sin camino en el Archivo General de la Administración es el expediente número 1173-63 del año 1963.  Este expediente contiene dos informes sobre la novela, que fue autorizada para su publicación en España en 1963, siete años después de su publicación en La Argentina. 

          A continuación proceden los textos de los dos informes de los censores en el expediente 1173-63. Los números de las páginas de ambos informes del expediente 1173-63 corresponden a la edición de la novela de la Editorial Bullón, un ejemplar de la cual está incluido en el expediente.

Expediente 1173-63.  Sin camino.  Primer Informe.  7 febrero 1963:

          “SIN CAMINO, por Castillo-Puche.--En la novela se relata la crisis de juventud de un seminarista de Comillas, llamado Enrique, y que determina su salida del Seminario, próximo a ordenarse.  Esto es todo sustancialmente.  Fuera del talento del novelista en sacar adelante su obra, hemos de puntualizar las siguientes páginas que remito a la ponderación y buen juicio de la Superioridad que tiene la última palabra.

          Página 17  sobre el ‘Opus'.

          Páginas 73-78  sobre Estado e Iglesia.

          Páginas 91-97 se juerguea el autor de los PP. Jesuitas (espíritu de sacristía en torno al Auto Sacramental con motivo de las fiestas del Cincuentenario de Comillas.)

          Páginas 211-216 valoraciones sobre la jerarquía eclesiástica”.

Expediente 1173-63.  Sin camino.  Segundo Informe.  11 marzo 1963:

          “SIN CAMINO, la aguda novela de Castillo-Puche, recuerda--por la trama argumental, por su contenido propio, por el análisis psicológico a que dan lugar la personalidad y la vocación equívoca del seminarista Enrique--a ‘Pepita Jiménez', de Valera, y a ‘A.M.D.G.' de Ramón Pérez de Ayala.

          A lo largo de la línea que va marcando la crisis vocacional, y la de la propia juventud del seminarista de Comillas, Castillo-Puche parece recrearse en resaltar--con fina ironía, unas veces, con áspera claridad, otras--cuánto el vulgo, la irreligiosidad o el anticlericalismo entienden por jesuitismo.

          Tampoco faltan alusiones marginales a la realidad política española, al maridaje entre Estado e Iglesia, a la mundana vinculación de algunos Prelados--más preocupados de sí mismos y de la ‘verdad oficial' que de la Verdad de Cristo--y a otras lindezas por el estilo.

          Por ello, a nuestro juicio, se imponen, como mínimo, las supresiones--o las modificaciones a cargo del autor--señaladas en las páginas 13, 15,17, 54, 64, 73, 74, 75, 76, 77, 78, 82, 83, 84, 92, 93, 94, 95, 97, 99, 101, 102, 148, 211, 212, 213, 215, y 216, cuya supervisión aconseja el mejor criterio de la Superioridad.

          Desde nuestro punto de vista, es lo menos que se puede hacer con el Capítulo V., por ejemplo, casi íntegramente dedicado a la crónica del Auto Sacramental--representado en Comillas, con motivo de las fiestas del Cincuentenario--y que más que crónica o relato al uso, parece un comentario burlesco e intencional de cuanto allí aconteció en tal ocasión”.

          El cuarto expediente correspondiente a Sin camino es el numerado 6932-76.  Este expediente es del año 1976, el año después de la muerte de Franco, y no contiene ningún informe de los censores.  Este expediente tiene solo una hoja de depósito de una nueva edición de Sin camino.

3. Paralelo 40

          Además del caso de Sin camino, Paralelo 40 fue otra novela de Castillo-Puche que sufrió la censura franquista de una manera exagerada.  El Archivo General de la Administración tiene dos expedientes correspondientes a Paralelo 40.  El expediente 1850-62 consiste en nada más que un sobre vacío en el cual se han escrito las palabras “Anulado-Véase Exp. 6179-62”.  El segundo expediente correspondiente a Paralelo 40 es precisamente el expediente 6179-62. 

          Dentro del expediente 6179-62 hay dos informes correspondientes al anulado expediente 1850-62 y un informe correspondiente al mismo expediente 6179-62. Los dos informes del anulado expediente 1850-62 incluyen anexos en la forma de folios mecanografiados grapados al informe estándar rellenado por los censores.  El informe preparado para el expediente 6179-62 no tiene nada original sino una copia de uno de los informes correspondientes al expediente 1850-62.

          Los dos informes y sus anexos del expediente 1850-62 resultaron en la denegación de  la  publicación de Paralelo 40.  El informe del   expediente

6179-62 resultó en la autorización de la publicación de la novela, y Paralelo 40 fue publicado en España por Ediciones Destino en el año 1963.

          A continuación proceden los textos de los informes de los censores sobre la novela Paralelo 40.  Todos los informes se encuentran en el expediente 6179-62 aunque algunos informes corresponden al expediente 1850-62, que fue anulado.

Expediente 1850-62.  Paralelo 40.  Primer Informe.  14 abril 1962:

“Trata de recoger el impacto de la presencia de tropas americanas en Madrid, describiendo sus fueros y sus desafueros.  Particularmente el contraste de la vida que ellos imponen con la miseria que se respira al lado de su zona residencial.  El protagonista, sin embargo, es un español, obrero, resentido, imbuido de ideas revolucionarias, que de continuo está alzando su protesta y sus proyectos de revancha.  Muchas de las cosas que narra serán sin duda verdaderas, hasta ocurridas; pero sin duda requieren un paladar fuerte.  En política critica a unos y a otros, entre los amparados en la ‘situación'.  En moral pinta lo que hay; pero lo que hay es demasiado realista a veces en contenido y en lenguaje, resultando en casos una cosa y otra hasta soez.  El autor es constructivo, y la obra en el fondo es moralizadora; pero a través de medios en ocasiones reprensibles.  Así al menos lo creemos por lo que hace a las paginas 13, 126-127, 149, 202, 267-268, 397; 15-17, 88-90, 452, 576-580.  En esas páginas debieran suprimirse puntos o hacerse correcciones segun lo tachado en rojo”.

Expediente 1850-62. Paralelo 40. Primer Informe-Anexo. 7 mayo 1962:

PARALELO 40 es una voluminosa novela de carácter social en la que se agranda, se deforma, se exagera, se mistifica y se inventa una combinación de realidad y ficción, presentada como vivida en este ‘envenenado documento'.

          El propio Castillo-Puche nos dice, en la introducción a los 602 mecanografiados y cumplidos folios, que, aun sin quererlo, le ha salido una novela ‘agria, destemplada, bronca y casi subversiva'.

          Los cuatro calificativos son del autor y resultan rigurosamente exactos para el juicio que la novela merece si se suprime el adverbio ‘casi' y se añade que es, además, obscena, inmoral, deslenguada, perversa, irreverente y atentatoria contra el buen gusto, el respeto y la consideración que merecen los madrileños--en Madrid se desarrolla la acción novelada--, los españoles, España y el Régimen que actualmente la gobierna.

          He aquí algunos pasajes de los muchos que podrían transcribirse para hacer válida la afirmación que antecede:

          ‘samaritanos de la España de la biblia y del permanganato, de la penicilina falsificada y de los preservativos que se rompían, la España cagueta, que seguramente buscaba en el calor de los americanos contagiarse de poliomielitis, porque este bravo pueblo español lo que necesitaba, a lo mejor, para que gobernadores y obispos durmieran tranquilos, era tener los músculos flojos y gastar muletas' (folio 57).

          ‘ y ¿cómo no?, el Valle de los Caídos, monumento único de su género después de las Pirámides de Egipto, pues según habían explicado a Genaro, unas y otro habían sido a expensas de la exclavitud' (folio126).

          ‘Tú crees que el Sindicato aquí es como en vuestro país, como creo yo que debe ser.  Nuestro Sindicato no hace nada por los obreros parados.  El Sindicato sólo sirve para recoger fondos, para cobrar la cuota a los obreros que trabajan.  Por eso tienen tanto dinero' (folio 132).

          ‘el otro que presta dinero al 15%, pero preside no sé cuántas cofradías y es siempre el primero en las procesiones, llevando el estandarte; otro bueno un brigada chulillo de la Benemérita, de la bien jodida y bien jodedora; una de la Acción Católica, que se pone dentro del coño una estampa de un santo de ésos que son muy viriles, con barbas, para curarse el flujo, dice, y luego le echa la culpa al santo al quedarse preñada; una aristócrata, muy de la monarquía, que se pasa el día borracha y luego se acuesta con las doncellas; y concejales que se dan la gran vida yendo a los toros y a la capital a comer gratis; y falangistas que siguen muy en la línea de la primera hora, por la cuenta que les tiene, de esos que se quedaron por cuatro perras con los bancales de los que han matado o hicieron que mataran otros; luego está también la CNS, un seguro de vida que se han encontrado unos cuantos a costa del sudor del trabajador y seminaristas, muchos seminaristas como espátulas, seguramente por afición al ‘Movimiento Nacional', como las putas, pero de otra manera' (folios 267-268).

          ‘Son una lata de beatos. A la vieja la traen la Hostia a cama.--La tomara con yoghour, la muy senoría' (con motivo de una queja de vecinos, ante las bacanales en los pisos de los americanos).

          ‘Los Estados Unidos son una potencia rica, fuerte y temible. Sólo por una cosa, porque es un pueblo libre, libre y unido en la libertad. Será por eso--contesta Genaro--por lo que estáis ayudando a este régimen de aquí.  Porque si no fuera por vosotros  . . . los defensores de la libertad' (folio 437).

‘pero aquí los católicos no son la gente del pueblo, como en mi país. 

          Aquí los católicos son los que mandan y parece que ser católico es una obligación impuesta desde arriba ¿sabes lo que nos parece a los americanos?  Nos parece que Jesús ha nacido aquí, es como si hubiera nacido aquí' (folio 438).

          ‘Es un americano, un yanqui, un invasor, un aliado de los tiranos' (folio 474).

          El personaje clave de la novela es un comunista salido de la cárcel, un albañil torvo y resentido, a cuyo padre fusilaron los nacionales.  La trama de toda la acción descrita, destacada y novelada la constituye la presencia de los americanos en España, en virtud de ‘eso tan pomposo como enigmático que se llama tratado hispano-americano'. Presencia ‘masiva' de norteamericanos en una España encanallada y sin coraje, con cuarteles generales propios y con bases aéreas y navales exclusivamente suyas, puesto que ni siquiera se alude nunca a la utilización conjunta. Ocupación de una España que ha vendido, sin pena ni gloria y sin ningún provecho y beneficio económico, su soberanía, y en la que privan por sus respetos los soldados rubios y negros a quienes sirven dócil y servilmente muchos indefensos españoles, acuciados por la extrema pobreza de sus hogares, o por su condición de chulos y de rameras y de ninfómanas, o por la carencia de mejores horizontes patrios.

          Y junto a este apretado esquema--otra cosa no cabe hacer--, en el que puede apreciarse la turbia--o demasiado clara--intención de la novela, la alusión a los aviones que constantemente vuelan sobre los cielos de España, cargados con bombas atómicas, a fin de suscitar el miedo, la aversión y el terror; las mayores obscenidades, las descripciones más crudas del amor animal, a cuyo servicio ponen su raciocinio los seres depravados que en la novela abundan; el lenguaje mas burdo, más soez e insoportable con que nos hayamos tropezado en novela alguna, y los gestos más rufianescos y encanallados que puedan darse a conocer.

          En definitiva, visión de un Madrid y de una España a través del prisma que ofrece la mentalidad demoledora de un rojo español reconcomido por el resentimiento y la derrota de los suyos; de un ácrata inculto, de un albañil sin instrucción ni formación alguna; de un comunista que sirve al Partido azuzando a los españoles contra los norteamericanos, con el pretexto del patriotismo y del sentimiento de independencia nacional, para crear conflictos y dificultades al Régimen actual y así poder ir acercándose a los objetivos que el comunismo internacional persigue en España.

          Es lamentable, pero es cierto, que a todo esto, y a algo más, puede servir la novela de un escritor tan calificado como Castillo-Puche, a quien nadie discute su extraordinaria valía en el campo de las letras españolas.  Es lamentable que se valga de una realidad histórica, no exclusiva de España, para servir al enemigo, aunque ésta no sea, ni mucho menos, la íntima y personal intención del autor.

          Pero, por otra parte, tampoco le justificaría querer servir a unos sentimientos nacionalistas al modo del siglo XIX, ni intentar despertar conatos de patriotismo, como si estuviéramos ante una invasión napoleónica.  Pues un hombre culto como él debe saber que ni hay ocupación americana, ni venta del territorio patrio ni dejación de soberanía nacional.  En el fluir de la vida histórica, hay un imperativo de potencia industrial y de riqueza económica que coloca a EE UU en la capitanía de Occidente, frente al bloque de naciones comunistas, para tratar de salvar la civilización cristiana.  Y como la postura es dilemática, España está alineada con el Occidente cristiano, de acuerdo con su tradición y con los principios de su nacionalidad, sin que nos sonroje compartir bases navales o aéreas con sus aliados, en el supremo esfuerzo de contrarrestar los peligros que el comunismo ofrece para las almas, para la humanidad.  También hay bases americanas en países democráticos, siempre considerados como modelo por los políticos de formación liberal.  Lo que debe llevar a considerar que esto de las alianzas y de la cesión de bases en los territorios nacionales o de soberanía nacional, ha de conjugarse a escala universal, ha de entenderse, no en función de estrechos y fenecidos localismos, sino en función de Europa, de Occidente y de la Cristiandad amenazada seriamente.

          Y bien pudo haber salido--también, cuando menos--algo de esto en una brillante novela de la brillante pluma de Castillo-Puche.

          De acuerdo con lo que antecede, el lector que suscribe estima que no procede autorizar la novela PARALELO 40.

          Digamos también, que un concienzudo expurgo, por el sistema de las tachaduras, dejaría a la novela desmedulada y posiblemente sin sentido.  Ademas, el autor, en la ‘Advertencia al Editor'--¿no deberá entenderse como advertencia al censor?-- afirma terminantemente ‘que, como esta obra la he escrito con plena responsabilidad y conciencia, por nada del mundo aceptaría como válida una edición que apareciese corregida y mutilada, sobre todo si no se ha contado con mi consentimiento para cualquier supresión'.

Expediente 1850-62.  Paralelo 40.  Segundo Informe.  15 junio 1962:

“RESULTANDO que de la detenida y objetiva lectura de Paralelo 40 se aprecian conceptos que atacan a los puntos fundamentales arriba indicados y que merecen su absoluta supresión, como la Superioridad puede comprobar y que este Lector eleva en ruego de que sean vistos los extremos alegados y que han sido censurados en su más concreto límite con objeto de ‘limpiar' del resto de la trama novelística.

          CONSIDERANDO que Paralelo 40 a lo largo de su lectura, es un juego tremendista de una burda pornografía en maridaje con un insobornable odio político de clase.  Lo subconsciente anarco-político y lo freudiano sexual, morboso y vicioso del personaje central--Genaro--y de la mayoría de tipos o figuras plasmadas por el Autor, se percibe en la casi totalidad de la obra, ya que las escenas secundarias son las menos, y desde la primera página hasta su último capítulo se pretende dar un aspecto teratológico de nuestro actual momento español, tendría que hacerse amplias modificaciones para que se lograse un libro de serena lectura.

          Si la Superioridad lo estima pertinente, cabe su autorización con las supresiones indicadas en este informe y la totalidad de los prólogos (Advertencia al lector, y Advertencia al Editor).”

Expediente 1850-62. Paralelo 40. Segundo Informe-Anexo. Sin fecha:

“Esta obra que lleva por título Paralelo 40, tiene una vertebración de carácter social donde se pretende dibujar a la masa obrera española actual ‘escuálida de hambre, triste y derrotada' (página 2) pero ofreciéndosela al lector con modales broncos y quemantes, desvergonzada de léxico, corrosiva e inmoral en las descripciones y señalando la falta absoluta de toda ética individual y colectiva de la España de nuestros días, con ataques permanentes a la sociedad en boca del obrero Genaro--eje de la novela--y que se erige como militante del comunismo clandestino en el ‘dedo crítico severísimo' de todo lo que puede ser verdad o mentira del momento actual español.  Individuo plasmado por el Autor con la psicología y el complejo del resentido con ideas, pensamientos y soliloquios superiores a una mente poco cultivada de un obrero modesto como nos lo presenta el Autor, a lo largo de esta ‘novela negra' que quiere ser reflejo de la España actual.

          Se presenta la tesis novelística dentro de un marco donde se mezcla la más grosera y manoseada pornografía--esta vez entre negros y blancos americanos de la Misión Americana que viven en Madrid, en la zona llamada ‘Corea'--con los ataques a las clases y estamentos sociales españoles--Iglesia, Clero, Ejército, Sindicatos, clases rectoras, etc.,--para llevar al ánimo del lector a la conclusión de que en la España actual, no existe una conciencia limpia y sana, y de que todo es trampa, bazofia, mentira y prevaricación.

          El Autor emplea un léxico y giros del lenguaje donde ‘hijos de puta', ‘putilla', ‘putona', ‘maricones', ‘cabrones', ‘hijos de mierda' saltan a la vista del lector en cada momento hasta producir fatiga.

          No hay concepto de integridad moral ni respeto a la mujer española, puesto que por ‘hambre' o por gusto de ‘gozar' se entrega ‘por tres prendas de nylon' y porque existe otra ‘cosa' que se llama: ‘clítoris' (¡!) (véase página 103).

          Hay trozos intercalados y hasta folios completos de la inmoralidad y donde la pornografía más audaz campea a sus anchas (véanse folios 9,15,16,17,42,43,44,46,49,56,57,61,81,82,83,86,87,88,89,90,103,113,171, 181, 206,247,267,269,308,309,310,335,382,452,509,576,578,579,580).

          Se ataca a la Iglesia y a los Ministros de la misma y a las personas que practican la religión (véanse folios 5,52,84,149,202,267,397,456)

          En boca de Genaro se ataca al régimen político (véanse folios 3,37,52,59,60,169,234,238,263,267,382,459).

          Sentido despectivo a la Cruzada de liberación: ‘nuestra guerrita', ‘las viudas de fascistas ya son madres de comunistas' (folio 112).

          ‘está visto que se había perdido hasta el temperamento nacional, vulgo, los huevos' (folio 127).

          Critica a la Misión Americana en España y a los gobernantes en la persona del ex-Presidente Eisenhower (folios 57, 129, 198).

          ‘servilismo de los españoles a los americanos' (folio 103)”.

Expediente 6179-62.  Paralelo 40.  Informe.

Este informe consiste en una copia del primer informe del expediente 1850-62 con fecha del 14 de abril de 1962 [véase arriba].

4. Conclusión

          Las novelas de José Luis Castillo-Puche consiguieron despertar la conciencia de los censores.  Más que cualquier otro autor español, Castillo-Puche escribió novelas que exigieron a los censores que examinaran la validez de su propio criterio.  Al tocar temas como la religión y los asuntos exteriores, Castillo-Puche sabía que corría el riesgo de ver denegada la publicación de sus novelas.  Pero Castillo-Puche sabía también que él tenía que enfrentar la realidad en sus novelas aunque los censores no lo admitían.  Por cierto, en varios de los arriba citados informes, los censores se quejan de que las novelas de Castillo-Puche son demasiado realistas, y tanta realidad no es admisible para el lectorado español, según los burócratas franquistas. 

          Uno de los informes de los censores critica a Paralelo 40 porque la novela describe cómo los aviones militares norteamericanos cargados de bombas atómicas sobrevuelan España causando miedo entre los españoles.  Cuando uno lee este informe ahora y se da cuenta de que fue escrito cuatro años antes del accidente nuclear de un avión norteamericano en Palomares en el año 1966, entonces uno se da cuenta de que Castillo-Puche es un novelista casi profético. 

          Al leer estos informes sobre Sin camino y Paralelo 40, se nota que los censores siempre alababan la gran calidad de Castillo-Puche como novelista en el momento que estaban censurando sus novelas.  Hay que preguntarse cómo los censores enfrentaban el dilema de tener que tachar y censurar las palabras de alguien que respetaban. ¿Por qué se sintieron obligados a reconocer los méritos del autor Castillo-Puche en un informe destinado a denegar la publicación de uno de sus libros?  La respuesta es que Castillo-Puche hizo que los censores se dieran cuenta de la futilidad de su propia tarea.  Ahora toda la institución de la censura parece absurda y las novelas de Castillo-Puche se leen como profecías de la democracia.  Los informes de los censores del Archivo General de la Administración sirven para demostrar que José Luis Castillo-Puche siempre ha militado para la libertad de conciencia y la libertad de expresión.

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